En Homenaje al "Tranque Sloman" declarado Monumento Histórico Nacional el año 1980.
“Por los años 60, en esos días de sofocante calor pampina, cuando viviamos en la oficina Pedro de Valdivia, junto a mis padres y hermanos viajabamos para refrescarnos en las exquisitas aguas del río Loa, donde durante el día nadabamos por varias horas. Y por las tardes sentados junto a una encendida fogata cantábamos y reíamos con la alegría que es propia de los niños. También avivando el fuego disfrutábamos al escuchar las entretenidas historias pampinas que nuestro querido papá nos contaba para capear el frio de la noche ya caída”. Entonces acampábamos cerca del famoso tranque Sloman, y nos encantaba ir de día a contemplar su impresionante murallón de piedras canteadas que llevaba el nombre “Henry Sloman” tallado en grandes piedras.
Nos conversaba mi papa, que ese tranque en sus tiempos fue una hermosa laguna azul, y que ese nombre correspondía a su creador, un inglés que se había criado en Alemania, y que a fines del siglo XIX se vino a Chile buscando riquezas en el trabajo de las salitreras.
Aquí Sloman encontró la llave de la fortuna, construyendo varias oficinas salitrales propias en la pampa "El Toco", por eso decía mi papá ,que llegó a ser el hombre más millonario de Hamburgo.
La gente antigua comentaba muchas cosas, entre esas decía que cuando Sloman se vino a Chile, había dejado en Alemania una novia de quien estaba muy enamorado, y que trató por mucho tiempo de convencerla para que se viniera con él, pero ella se rehusaba abandonar su país, porque había escuchado que la "Pampa del Toco" donde vivía ahora su prometido era un lugar inhóspito, desértico, y que no se parecía en nada al pueblo donde ella residía.
Nosotros como niños, nuestro gran anhelo era ver y conocer en persona a Henry Sloman, este gran personaje. Por eso con mis hermanos y mi padre nos sentábamos junto a la rivera de esta gran represa, ya casi seca y maltratada por el tiempo, y por mucho rato esperábamos mientras el sol caía lentamente en el silencio de la tarde pampina. Entonces comenzaba mi mente infantil a imaginar y a revivir como en una película toda esta hermosa historia de amor, dándole por cierto un lindo final feliz. Era tan real mi imaginación que podía asegurar haber visto a Sloman junto a su amor eterno, navegando en su novelesco bote sobre las aguas de esta maravillosa laguna azul.
Fin
Wilma Segovia Arévalo
Algo de historia:
El Tranque “Henry Sloman”
En 1905, Henry B. Sloman llevó a cabo su obra, era una gran represa hidroeléctrica en pleno desierto de Atacama, en uno de los desiertos más árido del mundo. Entre polvo, caliche, viento y un sol abrazador comenzó su gran desafío, la construcción de un gran murallón que contuviera las aguas del Río Loa, con la intención de abastecer de energía eléctrica a las máquinas elaboradoras y a los campamentos de sus oficinas salitreras, entre ellas Buena Esperanza, Rica Ventura, y Prosperidad. Don Otto Matte el encargado de obra trabajó con alrededor de 200 hombres en este proyecto, la casa de fuerza tenía 3 motores de 400 hp, donde las turbinas generadoras y manilla estaban hechas de acero inoxidables. Sloman con sus recursos y los hombres ansiosos de trabajo en seis años ejecutó su titánico proyecto, el que comenzó a funcionar en 1911, con una cañería que alcanzó los 35 kilómetros para suministrar el agua potable.
Este tranque se encuentra ubicado al centro de la Depresión Intermedia, a 120 Km. de Tocopilla al costado de la Ruta 5 Norte. Entonces era un lago artificial de 2 Km. de largo por 52 metros de ancho aproximadamente, con seis millones de metros cúbicos. Gracias a esta obra, las personas en el desierto tendrían la electricidad necesaria para vivir y trabajar. También era un lugar exclusivo de recreación para las familias acomodadas, donde iban a pasar una entretenida tarde navegando sobre sus tranquilas aguas. Esta importante obra de ingeniería testigo de la opulencia salitrera cesó sus funciones en 1965.