Pampinas de Corazón

Se ha dicho innumerables veces que la gente de la pampa no puede esconder su origen o mejor dicho no puede ocultar su paso por el desierto. El propósito de esta  página, es la voz de dos mujeres pampinas, quienes relatamos con frases sencillas y comunes nuestras memorias y vivencias en diferentes épocas y oficinas de las salitreras en la Segunda Región, para dejar testimonio de todos nuestros momentos gratos vividos en estos lugares; que tal vez, jamás vuelvan a repetirse en la historia nacional, porque aunque nuestro país logre vender nuevamente salitre, el famoso Oro Blanco, en tales cantidades como en un pasado glorioso, es posible que nadie vuelva a establecerse en una oficina, y es muy difícil que se creen pueblos alrededor de los yacimientos salitrales nuevamente. Además, ha sido nuestro anhelo unirnos al deseo de todos nuestros hermanos pampinos, el de mantener vivo el recuerdo de unas de las épocas más importantes de la historia de Chile. 

 

 

mamita

 

 

Mi querida madre, doña Virginia Arévalo Olivares (Gina), quien en su sentir, al recordar a su añorada salitrera se inspiró para escribir versos que luego tornó en hermosos poemas en homenaje a su inolvidable pampa. También escribió sobre situaciones y recuerdos vividos en las oficinas "Chile" y "Alemania", eso sí, con la triste realidad que de estas salitreras casi no quedan rastros, es por eso que en sus poemas siempre refleja un sentimiento de nostalgia y añoranza por su entrañable tierra.  

 

 

 

  Pampa Amada

 

 Cómo olvidarte pampa amada

si yo soy parte de tu historia 

de tu grandeza y de tu gloria

que se sumergieron en la nada.

Tus faenas han fenecido

sólo se oye la voz del silencio 

y el ruido del viento travieso

que más parece un gemido.

Al verte tan triste y desolada

mi corazón se hace trizas 

se me escapa la sonrisa

se me nubla la mirada.

Tus calicheras están silentes

tus chimeneas han desaparecido

y el bullicio de tu gente

de pronto ha enmudecido.

Mi mente te revive por las noches

aquellas en que el sueño se me ha ido 

te veo ante mí como un fantoche

y pensando en ti me he dormido. 

 

"Gina"

 

 

 

 Wilma Segovia Arévalo