“Hemos logrado adquirir en el distrito de Taltal amplios almacenes que contienen después de cuidadosas investigaciones materia prima suficiente para tres o más grandes fábricas. Con la construcción de uno de ellos, lo que le hemos dado el nombre de "Chile", que ya se ha iniciado a principios de 1903; el mismo está ahora completado y entró en funcionamiento. Un segundo Oficina, llamado "Alemania", se inicia el final de 1903 y se espera que entre en funcionamiento en 1904” . (HERMANN C. FÖLSCH).
El inquieto viento de la pampa salitrera que impetuosamente traspasaba las majestuosas montañas de la cordillera, llevaba sobre sus alas el más exquisito de los aromas, y navegando sobre el espacioso mar tentaba del mundo entero a los hombres, que anhelándole vorazmente seguían la bien oliente estela que dejara el céfiro nortino. En aquel tiempo, el de las salitreras ya en pleno auge, cuando su fama se extendía atrayendo a todos los hombres, la historia del salitre se entrelazaba con la memoria de célebres personajes extranjeros.
El hamburgues Hermann Conrad Fölsch vino a Chile en busca de mejor fortuna y encontró la veta raudal del manantial chileno, el salitre o el "salpeter" como él le llamaba. Folsch creó varias oficinas salitrales, y entre ellas las oficinas “Chile” y “Alemania”, cuyos suelos fueron el escenario de la vida pampina de muchos hombres chilenos y extranjeros que junto a sus familias formaron su poblado.
“Cuando era niño me gustaba hurgar en la estantería de mis padres. La mayor parte de todo lo que estaba hojeando los libros que hablaban de los países y las expediciones extranjeras. Un día, yo era quizás de 12 años y me llamó la atención la biografía de mi bisabuelo. La descripción de su estancia en la Salpeterwüsten Chile para leer como una novela de aventuras. Durante horas Miré las numerosas ilustraciones que contenían el libro. ¡Cuando yo sea grande, voy a Chile en las minas de nitrato! Le dije a mi madre. En 1866 a la edad de 21 años, viajaron mi bisabuelo Hermann Conrad Fölsch, natural de Hamburgo, a América del Sur existen para hacer fortuna. Unos años más tarde fundó en Chile con su amigo Federico Martín, quien creció en Chile, la compañía Fölsch & Martin, que se ocupa de la recuperación de nitrato chileno. Su amigo de la infancia y su hermano Henry Sloman habían seguido su llamado a Chile y construido allí, después de más de 20 años de gestión de las actividades de mi bisabuelo, su propia Salpeterimperium sucesivamente. Después del cambio de siglo, la compañía con sede en Hamburgo Fölsch & Martin, Gildemeister y Sloman producen un cuarto de Salpeteraufkommens totales. Hamburgo se convirtió en el principal centro de comercio de esta materia prima”. “como le digo de mi bisabuelo HC Fölsch, que se había acumulado en la región Taltal su Salpeterfabriken y usado el puerto para el embarque del oro blanco de Hamburgo”. (JUAN ENRIQUE FÖLSCH)
El joven alemán Hermann Fölsch llegó primero a Iquique donde la industria del salitre prometía un futuro promisorio, en esta ciudad conoció al empresario Jorge C. Hilliger, también de origen alemán que se dedicaba a la ganancia y venta del salitre, quien lo contrata como jefe y procurador comercial de su empresa. Allí se hace amigo de Federico Martin otro empleado, un alemán que había crecido en Chile, y con él crearon la Compañía “Folsch & Martin”, nombrando como administrador de ella a su amigo Henry Sloman. Henry Brarens Sloman Llegó a Chile el año 1869 por la invitación Hermann Fölsch, quien después de un tiempo de su estadía en este país lo contrata como jefe de su Firma “Fölsch y Martin”, que entonces ya poseía ocho fábricas en las pampas salitreras y en los puertos de Iquique y Taltal para el embarque del salitre. Sloman después de trabajar 22 años como empleado para esta Compañía se independizó, y como ya había adquirido los derechos de explotación en la pampa del Toco, construyó su primera oficina salitrera “Buena Esperanza", e hizo sus propios muelles en Tocopilla.
El triunfo sobre Bolivia y Perú en la "Guerra del Pacífico" de 1879, que permitió a Chile obtener el monopolio mundial en el comercio del salitre, y la gran demanda global del salitre como fertilizante y fabricación de explosivo, favorece el éxito de estos jóvenes alemanes. Sólo en el puerto de Hamburgo la importación del salitre aumentó 40 veces en esos años. Hermann Folsch hizo una gran fortuna comercializando y trasladando el salitre hacia Alemania y a otros países de Europa, al principio en veleros de algunas compañías navieras, pero al poco tiempo ya tenía los suyos propios de gran marcha que hacían la ruta del Cabo de Hornos llevando la carga salitrosa hasta Hamburgo. Henry Sloman ya era dueño de varias oficinas salitreras, y a orillas del río Loa construyó dos diques de contención, el "Santa Fe" y el "Tranque Sloman" para darle electricidad a sus fábricas, Al igual que su amigo Folsch tuvo gran éxito en su empresa, la que transformó en una sociedad anónima con un capital en acciones sobre los 16 millones de marcos, y más del 50% de las acciones quedaron bajo su propiedad, lo que lo transforma en el hombre más millonario de Hamburgo. La Compañía Fölsch & Martin creció e invitando a otros capitales pasó a llamarse “Folsh & Martìn Nachf. A.G.”, estableciendo su oficina central en Taltal, (ciudad que poseía un excelente puerto natural, propicio para la embarcación de su mineral), y creó en su interior las dos grandes oficinas, "Chile" y “Alemania”.
La Oficina “Chile" (1902-1961) estaba distante a unos cinco kilómetros de la oficina "Alemania" (1905-1976), ambas pertenecían al cantón de Taltal, y estaban situadas en pleno desierto de Atacama, en la zona sur de la Región de Antofagasta, a unos setenta y cinco kilómetros al noreste del puerto de Taltal, y a veintitrés kilómetros de la estación Catalina. Su primera dueña fue la Compañía salitrera Alemana “Folsh & Martìn Nachf. A.G.”. Al igual que las otras oficinas salitreras, estas también estaban divididas por sectores. Uno de ellos era el campamento, lugar donde se encontraban las casas de los trabajadores y sus familias; en otro de los sectores estaban los servicios y lugares de reunión pública, como la pulpería, el hospital, la escuela primaria, y la pequeña plaza, el teatro, las canchas de fútbol y de básquetbol que eran espacios público de recreación. Otro sector, era donde se ubicaban las casas de los administradores y de sus empleados más directos, los recintos de abastecimiento de alimentos y bienes, la casa de fuerza donde se producía la energía necesaria para el funcionamiento de la oficina. Y otro sector era el de producción, allí estaban instaladas las bateas, los cachuchos, la maestranza, la “torta de relave” que era el sector de acumulación de los desechos productivos, y la gran pampa alrededor de la cual los esforzados pampinos extraían el caliche.
Ubicación de algunas Oficinas salitreras del Cantón de Taltal
(entre ellas la “Chile y la Alemania”)
“Cada vez que vengo a través de Taltal, que nace en mí otra vez las imágenes de dolorosa de ese episodio en 1914, cuando todas las oficinas salitreras fueron cerradas. He experimentado esta vez sí.... Las escenas de miseria de la época eran desvergonzada. Una larga caravana de mujeres y niños, ancianos y jóvenes vagabundierte por las calles y pidió clemencia, otros encontraron su camino en la playa mar y recoge los residuos, la anspülten las olas. Fue como una tormenta humana que vierte a través de las calles y un mejor distrito financiero. Un millar de manos se estiraron hacia los transeúntes y pedían limosna. Mil voces maldecían su suerte, y los trágicos ecos a la altura de la triste dolor de la gente deja que los cimientos de una ciudad sacudida”.
(HERMANN C.FÖLSCH)
En 1914 estalló la Primera Guerra Mundial (Rusia, Francia e Inglaterra contra Alemania), este acontecimiento interfirió en el gran negocio del salitre, y fue el causante de la desafortunada caída de este mineral. Este hecho también afectó a los empresarios alemanes, que entonces ya explotaban cerca de un tercio de la producción del salitre chileno, sus barcos cargados con salitre quedaron inmovilizados en los puertos chilenos por causa del bloqueo marítimo de los países aliados, y se paralizaron de golpe la mayor parte de sus fábricas por causa de la guerra. Alemania dependía del salitre en forma apremiante para la producción de material explosivo, y el bloqueo le llevó a esfuerzos renovados para desarrollar un sustituto del salitre. Henry Sloman desesperadamente intentó por sus propios medios romper el bloqueo inglés apoyando a la Marina del Reich, y utilizando gran parte de su fortuna hizo lo imposible para revertir esa situación. El nitrato sintético que habían desarrollado los alemanes de bajo precio, llevó a un rápido descenso en las cifras de venta del nitrato natural, y de 134 salitreras chilenas 91 tuvieron que suspender su funcionamiento. La paralización repentina de las salitreras alemanas en el interior de Taltal llevó a despidos masivos. Por miles recorrieron hombres y mujeres desesperados por las calles de Taltal, mendigando un trozo de pan. El gobierno chileno fue sometido a una terrible presión, buscando caminos para hechar andar nuevamente la producción del salitre
Hermann Folsch regresó a Alemania y se convirtió al calvinismo, donando parte de su fortuna a la iglesia en beneficio de la obra de Dios, en ayuda de los pobres, y de los enfermos desahuciados. Convencido de que iba al cielo por esta gran obra, Fosch murió en el año 1920. Henry Sloman, a pesar de la gran crisis siguió siendo el hombre más millonario de Hamburgo e invirtió gran monto de su fortuna en propiedades, y con la intención de revitalizar el mercado salitrero de sus empresas hizo construir en el puerto de Hamburgo un gran edificio, al que llamó la “Chile Haus”. Sloman muere en 1931, luchando hasta el final por salvar a sus oficinas salitreras del implacable golpe mortal, una terrible secuela de la guerra. Las minas más grandes de Fölsch, "Chile" y "Alemania", en las afueras de Taltal, permanecieron activas unos años más, y tres salitreras de Sloman fueron cerradas definitivamente a fines de los 50.
Wilma Segovia Arévalo
Citas Bibliográfícas de:- "Juan Enrique Folsch" - Isabel Lipthay, Münster, Alemania