VIEJITO PASCUERO
Tú que alimentaste mis sueños de niño,
sueños que recuerdo como una hermosa fantasía.
Cuando en noche buena acostado en mi cama
trataba de mantenerme despierto para verte llegar
cargado con tu enorme saco lleno de juguetes
hasta que el sueño me vencía, y al siguiente día
encontraba bajo el arbolito navideño
lo que por medio de una carta yo te había pedido
no puedo describir la alegría que entonces me embargaba.
Hoy ya más crecidito he sentido el deseo de revivir
todas esas maravillosas fantasías de mi infancia
y he decidido enviarte la siguiente carta:
Viejito Pascuero, en primer lugar quiero confesarte
que mentía al decirte que me comía toda la comida,
y quiero pedirte perdón por esto.Y para saber que me has perdonado
demuéstramelo trayéndome todas estas cosas que te voy a pedir.
Quiero que en ese tremendo saco que cargas en tu espalda
traigas paz, amor y dicha a toda la humanidad.
Si cumples este mi deseo, podremos vivir en un mundo
libre de odio y de angustia, donde no existan la droga
ni el alcohol, ni nada que nos cause dolor.
Te esperaré en navidad. Gracias de antemano, J.M.
G I N A
FIESTA DICIOCHERA
Hoy me levanté tempranito, me puse mi pinta nueva,
me dirigí hacia la plaza y allí estaba mi bandera,
se veía tan bonita como una flor en primavera,
con su blanco, azul y rojo y su solitaria estrella.
Estaba toda la villa, todos con sus caras risueñas,
esperando que empezara la gran fiesta dieciochera.
Comenzaron los discursos, canciones, bailes y poemas,
culminando con la reina nuestra cueca chilena.
G I N A
(Poema a mi querido esposo que ya no está)
TU NO ESTAS
La playa se ha vuelto un jardín,
sembrado de quitasoles de multicolores.
La gente sonriente disfruta del sol y el mar;
El oleaje golpea con ímpetu las rocas
Vistiéndolas de blanca espuma,,
pero tú no estás.
El cielo azul se refleja en las límpidas aguas,
Y bandadas de gaviotas dan
una pincelada de belleza al lugar,
pero tu no estás.
Una brisa tenue me acaricia toda,
mientras sentada en la arena recojo caracolillos
que las olas han dejado al pasar,
pero tu no estás.
Un rayito de sol me dice hasta luego,
Mientras se sumerge en el mar .
Al llegar a casa traspaso el umbral,
Mis ojos te buscan, mis labios te nombran,
Pero tu no estás.
Al extender la noche su negro manto bordado de estrellas,
Cada una de ellas me ha dicho en su titilar,
a quien buscas está mas arriba,
junto a Dios en su hogar celestial.
G I N A